Tenés que… ver The Get Down


Netflix lo hizo de vuelta. Lo hizo porque quiere y porque puede. Porque desde hace ya un tiempo que ellos eligieron darnos a nosotros la posibilidad de decidir cómo, cuándo y dónde ver las cosas; y esa libertad hizo que podamos disfrutarlas de otra manera: más relajados, viendo 10 capítulos de una o alternando entre largas pausas u otras series, antes y después de comer, en los 20 minutos libres que nos quedan del almuerzo de laburo y hasta cuando algunos van al baño.

Por eso, creo, que ya no es sorpresa que cada una de sus nuevas apuestas termine siendo un gran éxito como lo es hoy The Get Down. Porque ya no es sólo el producto el que vale, sino también la manera en que lo terminamos consumiendo. Y de esta forma el disfrute termina siendo mayor, con mucha más relevancia y seguramente con muchísimo más entretenimiento.

En lo personal Netflix es algo así como una adicción difícil de dejar –y que seguramente no quiera hacerlo. De un día para el otro puedo empezar y terminar una genialidad de ciencia ficción como Stranger Things, adentrarme en la vida de Pablo Escobar en Narcos y sumergirme en lo que para mí es su otra gran creación del año: The Get Down.

No es mi idea aburrirte diciéndote porqué tenés que verla o “spoilearte” con algunos párrafos lo que podrías ver con tus propios ojos en un par de horas; pero si quiero contarte porqué el grito de “Shaolin Fantastic is a bad motherf*cker” se me quedó pegado por días y días…

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La historia de The Get Down gira en torno a un grupo de amigos liderados por Ezekiel “Zeke” Figuero, un joven estudiante de secundario que perdió a su familia y que encuentra en la poesía una forma de expresión liberal. Lo que no sabe es que con esas líneas está sentando las bases del hip-hop moderno, y lo descubre gracias a la aparición de Shaolin Fantastic, un adolescente que tiene a la calle como hogar y que en su tiempo libre mezcla música sin saber muy bien lo que hace. Su relación se ve afectada esencialmente por lo que pasaba en el Bronx en ese momento: delincuencia, drogas, amores fugaces y el gran sueño de escapar de esa tormentosa realidad.

En ese contexto los “Get Down Brothers”, como pasa a llamarse el grupo liderado por Shaolin y Zeke, encuentran en la música una salida creativa para sus problemas cotidianos.

Todo eso resume y en parte tiene que ver con la esencia pura de The Get Down: la serie se centra en el origen del hip-hop y la cultura que lo rodea; desde su gente, el Bronx, la música, la segregación, el racismo y la política. Se trata de uno de los géneros más bastardeados de la historia y al mismo tiempo uno de los más populares del momento. El que mezcla la protesta, las injusticias, con la ostentación bizarra y pornográfica. El que surgió con la idea de no callar y que rima estrofas arriba de skratchs y samplers exquisitos.

El rap o hip hop es donde encuentran todo eso y mucho más… Pero para lograr entender el porqué de estas incoherencias dentro de su música (¿quién no las tiene en su propia vida?) hay que ir a la raíz de su nacimiento y para eso está The Get Down. Para mostrarte el Bronx más crudo; el de los negros y los latinos. El de las pintadas en las paredes y la delincuencia en las calles. El de los pocos sueños y las drogas. El de la esperanza. El que grita y calla al mismo tiempo. El que creó la música que hoy escuchan todos.

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=usv442G6H8A]

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