Pastilla de la inteligencia – Parte 2: Subiéndonos a la teoría de la relatividad.


Desde que sacó su libro “Principios matemáticos de la naturaleza” en 1687 hasta hace solamente 101 años, nadie había cuestionado antes al freak de Isaac Newton. Un día como hoy pero de 1915, Albert Einstein con tan solo 36 años, publicó la teoría de la relatividad general, sacudiendo el piso de la física clásica. Para contextualizar la magnitud de sus hallazgos, esto fue tan desconcertante para la comunidad científica como cuando llegó un loco llamado Galileo Galilei y les dijo: “Muchachos, no me lo van a poder creer: la Tierra es redonda”

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Aunque esto cambió nuestras vidas de formas que ni siquiera podemos entender, probablemente poco les importe.  Y a mi tampoco, si no me diera un excelente pie para la segunda parte de mi nota sobre la pastilla de la inteligencia.

¿Qué carajo tiene que ver una cosa con la otra? Es que al bueno de Albert le adjudican la famosa frase: “solo usamos el 10% de nuestro cerebro”, que utilizan para publicitar las pastillas de la inteligencia. De hecho el “Adderin” que vengo tomando hace dos semanas, la evoca, y  ni siquiera me dió un incentivo para esta nota, me lo tuvo que dar Einstein.

Antes de seguir aviso que no voy a considerar dentro del grupo de píldoras de la inteligencia a estos suplementos como “Adderin” o “Adderum”, que supuestamente imitan al “Adderall” (uno de los fármacos que se usa mucho con estos fines en Estados Unidos), pero que no hacen absolutamente nada. No gasten su plata en eso, son solo una vivada de las tantas que surgieron a partir de la peli “Sin límites”.

Volviendo a mi pie, Einstein nunca diría semejante burrada, ni en joda. Arriesgar porcentajes de utilización del cerebro sin ningún fundamento no es propio del método científico. Probablemente esta payasada provenga de interpretaciones erróneas de los postulados que surgieron de las primeras investigaciones sobre el cerebro, justamente en la época de la teoría de la relatividad.  Por ejemplo: “solo el 10% de las neuronas se encuentran encendidas en determinado momento” o “el 10 % de las células del cerebro son neuronas”.

Todo este mito no tiene nada que ver con las cualidades de los fármacos nootrópicos para mejorar nuestro rendimiento cognitivo, que son absolutamente ciertas. Si estuviese bajo sus efectos en este momento, no tendría que volver a cada rato a los párrafos anteriores para ver si repetí palabras o si lo que redacto sigue un hilo, no interrumpiría mí escritura distraído por internet ni sentiría ansiedad por terminar lo que acabo de empezar. Pero eso no me haría más inteligente.  Lo que quiero decir es que estas pastillas mejoran nuestra capacidad para concentrarnos y nuestra memoria a corto plazo, lo cual es muy útil para un día laboral o una jornada de estudio, pero eso no nos transforma en el personaje de Bradley Cooper en la película. La inteligencia se compone de muchos otros elementos, entre ellos la imaginación y la creatividad, y esto lamentablemente no puede ingerirse (por lo menos hasta el momento). También hay que ver si convertirse en un robot enfocado delante de una computadora genera la satisfacción que esperamos.

Por lo tanto los nootrópicos cumplen su función efectivamente: Estimulan nuestras neuronas, nos mantienen alerta y agudizan nuestros sentidos (sobre todo el oído). Fueron diseñados para el tratamiento de enfermedades como la narcolepsia y el ADD, en los que fallan la vigilia y la concentración respectivamente. La narcolepsia impide a los afectados mantenerse despiertos en determinados momentos por más inoportunos que  estos sean, mientras que el ADD impide a los niños que lo padecen serenarse y focalizarse en una tarea especifica. Como la incidencia de estas afecciones es bastante baja, cualquier nuevo uso es bien recibido por los laboratorios que los comercializan.

Familias de fármacos:

Pero vamos de una vez a los fármacos que llaman pastillas de la inteligencia. Sus efectos no difieren mucho entre las distintas variantes, por eso los expliqué todos juntos en los párrafos anteriores. Dependiendo del grupo pueden promocionar una función cerebral más que otra pero las diferencias son bastante pequeñas y las preferencias dependen de cada persona.

Podríamos decir que hay 4 tipos. El grupo de los Racetams (con varios derivados), el metilfenidato, el modafinilo y los de la clase de la fenetilamina que básicamente son anfetaminas. Voy a obviar la historia de cómo se descubrieron porque no tiene nada de interesante, todos fueron sintetizados en el laboratorio, en diferentes momentos del siglo pasado.

Sí me parecen más significativos sus nombres comerciales, por los cuales la gente los reconoce. El metilfenidato es el famoso “Ritalin” que ustedes seguramente asociaran con los Simpsons por el cápitulo en que Bart es tratado con “Focusyn”. Como todas las parodias de esta serie, tiene gran parte de verdad. En Estados Unidos hubo por la década del 90 una inmensa suba de la prescripción de Ritalin.  Esto no quiere decir que todas fuesen erróneas, pero estoy seguro de que muchos de los niños que recibieron esta droga fueron víctimas del sistema educativo y los laboratorios más que del ADD. Sobre todo si tenemos en cuenta que, por ser neurológica, esta condición es difícil de diagnosticar. Recordemos también que ese sistema educativo arcaico etiquetó de inútiles a mentes brillantes como nuestra vedette Albert Einstein, así que tranquilamente podría haberse equivocado con Bart.

Otro nombre comercial muy conocido es el ya mencionado “Aderall”. Se trata de un fármaco de la clase de la fenetilamina, pero no es más que una anfetamina. Como cualquiera de ellas, estimula. ¿Pero a qué precio? Las anfetaminas están prohibidas para casi todos sus usos, pero para algunas circunstancias especiales se las tiene en cuenta. Ahora ¿tomarían una anfetamina para concentrarse?…

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También tenemos al modafinilo, que no tiene un nombre comercial icónico como los otros dos, pero es de los que más se asocia a pastillas de la inteligencia. Se puede decir que es más similar al metilfenidato que al Aderall.

La última variante de las más conocidas son los Racetams. Dentro de estos existen varios como el PiracetamAniracetamOxtiracetamPramiracetam y demás. Ninguno de estos está autorizado por la FDA (La agencia que regula los alimentos y medicamentos en Estados Unidos y que se usa como referencia) con excepción de uno: el levetiracetam, que se usa para el tratamiento de la epilepsia. A pesar de esto todos estos fármacos se venden como pastillas de la inteligencia.

Mecanismos de acción:

Para explicar sus mecanismos separaremos a los primeros tres de la última familia citada. Tanto el Ritalin, como el modafinilo y el Aderall funcionan promocionando la acción de los neurotransmisores en el cerebro. Más precisamente de monoaminas como adrenalina, noradrenalina, dopamina e histamina. Su acción sobre la histamina es la que diferencia a estas de otras drogas (como cocaína o éxtasis) ya que es la que promueve un sorprendente estado de vigilia. ¿Recuerdan haber tomado antihistamínicos para la alergia? Supongo que les habrá dado un sueño terrible, bueno, estas drogas funcionan al revés, estimulando la liberación de histamina manteniéndonos despiertos.

El resto de los neurotransmisores favorecen la concentración.  Lo que diferencia a estos tres es que el Aderall, al ser una anfetamina, tiene más efectos secundarios, mientras que los otros parecen ser más seguros… Siempre teniendo en cuenta que no hay estudios suficientes. Por eso, si ante la imperiosa necesidad tuviese que elegir alguno para estudiar o trabajar, te recomendaría uno de estos dos, el Ritalin o el Modafinilo, fundamentalmente por su perfil de seguridad. Fueron descubiertos promediando el siglo pasado y no registran muchos efectos deletéreos en sus tratamientos.

Los Racetams brindan cualidades similares a los otros, pero presentan ciertas diferencias en sus mecanismos. Trabajan aumentando el flujo de oxígeno a las neuronas y mejorando la disponibilidad de energía (promoviendo la formación de ATP). Una especie de viagra para el cerebro. Las potencias de los miembros de esta familia varían enormemente y los más poderosos como el Oxtiracetam y Pramiracetam,  sí pueden superar a los otros grupos mencionados. Incluso algunos de estos se comercializan con el nombre del NZT-48 de la peli. Pero acuérdense, estos son muy nuevos, hay pocos estudios y no están aprobados por la FDA. Para probarlos hay que comprarlos en páginas de Internet, a diferencia de los otros que con un médico amigo y receta mediante, se pueden conseguir.

Efectos secundarios:

Entre los efectos colaterales de todos se encuentran: hiperestesia e hiperacusia (sensibilidad aumentada al tacto y al oído), sudoración excesiva (sobre todo en las manos), trastornos del sueño y taquicardia.

El meollo de la cuestión es decidir si hipotecarían su salud (hablo a largo plazo) para aprobar un final o llegar a terminar un trabajo. Por mi parte, soy de la idea de invertir salud únicamente en placer y diversión; y  creo que el ejercicio de la voluntad es  mejor herramienta que cualquier sustancia.

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