Hola Juan


Gugleo “dónde está el apéndice”.

Sí, me duele de ese lado. Tampoco es tanta la molestia, deben ser los nervios.

Me habla Juan. Me pregunta como estoy. No quiero contestarle “bien” pero tampoco puedo decirle “mal”. No le contesto.

Los gritos agudos pero bajos, como queriendo esconder el aullido pero demostrando el malestar, suben desde la cocina hasta mi cuarto. Están hablando mal de mí. Los dejo seguir, por ahí les ayuda a desahogarse. Armo el mate sin llenar el termo. Flavio, el quiosquero de la esquina de la plaza, me va a convidar agua caliente, siempre fue muy piola.

No me siento en un banquito. Necesito moverme. No me importa la lluvia. Ya soy experto en cebar caminando. Me resbalo un toque. No se me cae el mate.

Cuando llueve no tengo trabajo. No tengo un sueldo. Si no hay laburo no hay billetes. El agua cayendo me relaja bastante ¿Plata o calma? No sé.

Quiero fumar. Compro un cigarro suelto. Pensé que ya no vendían. Lo fumo rápido. No quiero más.

No escucho música. No sé por qué. Me concentro en los paraguas. Ninguno tiene onda.

Llego a otra plaza donde no está Flavio para darme más agua. No hay nadie. Me siento. Una ramita reposa al lado mío. Empiezo a jugar con ella y a pincharme un poco los dedos con sus extremos. Pienso en Juan. Todavía no puedo contestarle. No creo que lo logre hoy. Sigo jugando.

Veo un eucalipto. Me acuerdo de mi abuela. Escucho un pájaro que insiste con su canto. Me acuerdo de mi abuela. Me acuesto en el banco. Me mojo la espalda. No me molesta. Me gusta, pero me da miedo cerrar los ojos. Me pone incómodo no poder ver mis flancos en lugares públicos. Debería cambiar eso.

Me quedé dormido. No me pasó nada. Me paro.  Me mareo un poco y me agarro del termo. Quiero llenarlo. No sé cómo.  Vuelvo a casa. Ojalá no hayan más aullidos.

Abro la puerta. Llegó Ale de la facultad. Lo Saludo. No me mira pero me tira un “hola” en voz baja. No quiero preguntarle cómo anda, me parece que está en la misma que yo. Le hablo a mi abuela. No me responde. Me voy a dormir. Mañana le contesto a Juan.

No Comment

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *