Le quedan algunas horas al fin de semana extra largo y yo acabo de terminar de ver una de las mejores mini series que están dando vueltas en Internet, “The People vs. O.J. Simpson”.
Si ya sabés quien es OJ Simpson y pensás que la historia la conocés y que nada nuevo te puede aportar, te equivocás. Si no sabés quién es Simpson acá va una mini introducción. En 1994 Orenthal James Simpson es acusado de asesinar a su ex mujer y a un “amigo” de ella. El hecho recibió la atención de todos los medios porque Simpson era, o sigue siendo, uno de los jugadores de fútbol americano más importantes de la historia. Tan reconocido que al retirarse terminó siendo la cara de 200 marcas, fue comentarista deportivo y hasta se dio el lujo de creerse actor. ¿Te acordás de Nordberg, el compañero de Leslie Nielsen en las tres películas de La Pistola Desnuda? Bueno, ese es Simpson.
Es como si a Tevez lo acusaran de asesinar a su ex mujer.

La serie igual, no gira en torno a la vida de Simpson, sino al juicio y todo el circo que se genera alrededor. Se trató de uno de los juicios más mediatizados de la historia, donde se mezcló violencia de género y cuestiones raciales (Simpson es negro).
Del lado de las víctimas, estaba la fiscalía que tenía como pruebas muestras de ADN de Simpson en la escena del crimen y de las víctimas en la casa y camioneta del acusado. Fue uno de los primeros juicios en los que se aportó como prueba las muestras de ADN, algo que hasta el momento era casi desconocido. También, presentaron como antecedente reiteradas amenazas y palizas que Simpson le había dado a su ex mujer.
Del lado del acusado, estaba un grupo de abogados de muy alto perfil y muy poderosos en Estados Unidos a los que el periodismo llamó “El equipo de los sueños”. Lo que acá sería un equipo compuesto por Burlando, Ana Rosenfeld, Matías Morla y los Beccar Varela. Este grupo de genios basó la defensa en asegurar que la policía le había plantado a Simpson pruebas falsas por el simple hecho de ser negro.
Como todavía sucede, en los noventa en Estados Unidos se vivía un serio conflicto racial. La policía de todo el país, pero en especial la de Los Ángeles, donde el juicio se llevó a cabo, estaba acusada de arrestar, reprimir y hasta matar, a personas negras solamente por su color de piel.
La teoría de la defensa, que en un principio parecía basarse solamente en especulaciones, tuvo como prueba grabaciones con declaraciones sumamente racistas de parte del primer policía que entró a la escena del crimen.

Entonces, de un lado un hombre que no puede imaginar a su mujer en brazos de otro y cuyas amenazas y ataques terminan derivando en su asesinato. Del otro lado, un hombre negro víctima de un sistema policial racista que se quiere colgar de la fama del acusado para dar un mensaje a toda la sociedad.
Como árbitros, los medios de comunicación transmitiendo 24 horas, durante todo un año. Con personajes que toman partido por uno o por el otro y dependiendo de esto son acusados de misóginos o racistas. Y como jurado, la sociedad más lobotomizada de la historia, los yanquis.
El resultado del juicio, no te lo voy a decir, igual lo podés googlear. Tampoco se si importa tanto. Lo que hace buena a esta serie, es que es sumamente actual. El asesinato de una mujer por violencia machista hoy se llama femicidio. Se le encontró nombre pero no solución. Con el triunfo de Trump, los conflictos raciales están más vivos que nunca. A nosotros capaz nos parece lejano, pero es a lo que acá llamamos “detención por portación de cara”. Los medios cambiaron rating por me gusta, pero no cambiaron la forma de obtenerlos.
Y en el medio nosotros, discutiendo por el tamaño de la pollerita, teorizando si los pibes nacen chorros o dudando de un acusado por como sabe hablarle a la cámara.
Recomiendo para quienes ver que paso con el juicio en si, ESPN saco en un ciclo llamado 30×30 un documental en 5 partes que se llama OJ: Made in America. Altamente recomendable.