Lo primero que aclaro es que toda mi vida le esquivé a los stand-ups y comediantes, tanto en la vida real como en YouTube o Netflix. No sé, algo de la persona exponiendo sus miserias en vivo y ante un público me daba un nosequé. No digo que esté mal reírse del cuerpo, la sexualidad, los problemas o lo que sea, pero nunca me terminó de convencer ese silencio incómodo esperando la risa ajena.
Dicho esto y aclarado mi no fanatismo por esa clase de artistas, tengo que decir que encontré de casualidad y de forma completamente inesperada el show que hizo que mis meses encerrado en cuarentena tuvieran un poco más de sentido: Inside de Bo Burnham. Una sátira muy real del encierro, una locura linda bastante irreverente, cruda y sincera.
La cosa es que el pibe quedó encerrado solo en cuarentena, como tantos de nosotrxs, pero con la diferencia de que en vez de ver Netflix 24/7 a él le pintó armar un tremendo show de comedia escrito, dirigido y editado por él mismo. Encima le metió música (¡tremenda música!), efectos visuales que te hacen sentir que estás en un show de Depeche Mode en tu casa y guiños a esta nueva normalidad.
La ansiedad de estar en cuatro paredes, la autoexploración en un momento donde nada parece tener sentido, la crítica social dura pero entretenida, el sarcasmo como arma frente a un mundo incierto y la picardía para llevar el chiste un poco más allá.
No va a ser el show de tu vida y tampoco te va a salvar de la claustrofobia de este encierro, pero sin dudas es un muy buen placebo para entender que no somos los únicos que alguna vez se sintieron así durante este año de pandemia.
No Comment