Hoy Amy hubiera cumplido 33, la edad de Cristo.
De su muerte se habló un montón. De lo que podría haber hecho viva también. Tanto, que ya enterrada, su familia se encargó de seguirle sacando un jugoso provecho.
Lamentablemente, sus últimos años dieron para que muchos se concentraran en su imagen de reventada y poco en su genial trabajo.
Amy no solo cantaba, también tocaba y componía. Aunque para mí, lo mejor que hacía era interpretar.
Su voz cuajaba perfecto con cada palabra y nota. Por eso con solo dos discos logró ser el mito que es.
Si de ella solo recordás sus fotos de escuálida con el rimel corrido, te recomiendo que no dejes de escuchar Tears dry on their own, Valerie, You know I´m no good y por su puesto Back to Black. Este último, es el tema que le da nombre a su segundo disco y significa de vuelta al negro, es decir, de vuelta al duelo. Pobre, pareciera que ese fue el estado que siempre la acompañó.
Hace poco salió un documental sobre su vida, que a mi parecer es muy bueno, se llama Amy. Está hecho con montones de filmaciones caseras que ella y sus amigos grabaron desde su adolescencia hasta pocos días antes de su muerte. La película ganó el Oscar a mejor documental 2015 y también, se ganó el odio del padre de Amy ya que lo retrata como el gran explotador de la vida y carrera de su hija.
De chica en la casa de Amy se escuchaba básicamente jazz. Sus tíos eran músicos de ese género y su abuela, que también era cantante, salía con un saxofonista. El jazz fue el género que la moldeó y es el estilo que está presente en todas sus canciones. Por eso vuelvo a insistir, si cuándo pensás en ella pensás en falopa y whisky, no dejes de escuchar Me & Mr Jones, Some Unholy War, He can only hold her, Hey little rich girl y Stronger than me.
Hoy Amy hubiera cumplido 33, la edad de Cristo. No dejó parábolas pero dejó increíbles canciones. Escuchá algunas:
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