Micaela tiene 10 años y a diferencia de muchas chicas de su edad, es fanática del fútbol. No solo le gusta mirarlo, también le gusta jugarlo.
Desde los 5 años Micaela juega en Los Patos Fútbol Club, un equipo de Coronel Vidal (Partido de Mar Chiquita). Es la única mujer del plantel. Aunque se destaca como una poderosa 5, la Liga Marplatense de Fútbol le prohibió jugar en el torneo oficial.
¿El motivo? La liga no admite equipos mixtos.
Junto a Los Patos, Mica juega en varios torneos, incluso en ligas de otros distritos. Siempre lo hace de igual a igual, con sus compañeros y también con sus rivales.
Traba, gambetea, hace jueguito y la clava en el ángulo.
“¿Por qué no la metés a jugar en la liga femenina?” le dicen a Romina Ibañez, la mamá de la jugadora.
“Por qué no hay” responde.
La liga femenina arranca a los 14, si no la dejan jugar ahora, Mica va a tener que comerse el banco los próximos cuatro años.
Más allá de lo que figura en el reglamento, Romina dice que los representantes de la liga le dan algunas excusas que suenan más a prejuicio que a disposición real. Le argumentan que Mica no va a poder usar el vestuario o que los médicos de la cancha no van a poder atenderla.
“Mica a cada partido va cambiada desde casa” y si los médicos “son profesionales, tanto un hombre como una mujer están aptos para atenderla, como en cualquier sala de pediatría”.
Por la bronca de no poder ver jugar a su hija, Romina estalló en redes sociales e inició la campaña #DejenJugarAMica.
“Me aguanto todo. Escuchar decir por qué no la mando a hacer gimnasia. Porque no, porque a Mica le gusta jugar al fútbol, y porque es libre de hacer lo que la haga feliz. Si alguna vez la vieron dentro de una cancha saben de qué hablo” escribió Romina en Facebook.
A principio de año en la localidad de Mercedes surgió un caso similar. A Juana de 11 años, le prohibieron competir en torneos infantiles junto a su equipo, Club Mercedes, por ser mujer. La Liga Mercedina de Fútbol dijo que no podía aceptarla amparándose en que el reglamento de la AFA prohíbe equipos mixtos.
“No hay ningún estatuto que lo diga. El estatuto habla de fútbol infantil, no de femenino o masculino. Y si no es así que me muestren dónde está esa reglamentación” dice Mercedes Rothermel, mamá de Juana.
Al igual que le pasa a Mica, Juana no tiene en su ciudad una liga femenina de fútbol. Por eso, si quiere jugar lo tiene que hacer en un equipo de varones.
La tristeza de ver a una chica sin poder hacer lo que más le gusta, hizo que el intendente de Mercedes, Juan Ignacio Ustarroz, firmara un decreto declarando de “interés municipal” que Juana juegue al fútbol en campeonatos. Lo hizo amparándose en lo previsto por la Convención Internacional de Derechos del Niño que establece que los chicos no pueden ser discriminados.
Además, el intendente argumentó que la chica tiene derecho a disfrutar de un deporte como una actividad lúdica.
Su razonamiento es claro, si los nenes y las nenas pueden jugar juntos a la mancha o al truco, ¿por qué no al fútbol? ¿Acaso a esa edad, no sigue siendo un juego?
Y esto también dispara otra pregunta: ¿Hay juegos de nenes y juegas de nenas?
Pareciera que para estas ligas sí.
La suerte de estas dos futuras promesas depende pura y exclusivamente de la decisión de un grupo de adultos. En ellos está la posibilidad de que, así como lo hacen en torneos por fuera de la liga, Juana y Mica puedan compartir su pasión con sus amigos o, por el contrario, tengan que verlos jugar del otro lado del alambrado.
Mirala a Mica jugar al fútbol:
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