“Dos hombres, dos líderes, un destino… La historia de un momento especial donde a un hombre se le presenta una chance que seguramente no se repita. ¿Qué elegirá?”. Parecería el guión del trailer de una película de acción con Vin Diesel y Jason Statham como protagonistas, pero no es así. Esta presentación, que pone en jaque el futuro de nuestro planeta, no es más que parte de un video que el gobierno de Estados Unidos realizó para el primer encuentro con sus pares de Corea del Norte. Así, de esta manera hollywoodense, Donald Trump le estrechó la mano a Kim Jong-Un el 12 de junio en la isla de Sentosa, Singapur. Queriendo demostrar quién la tiene más larga y quién es el que corta el queso. Demostrando entonces que en este ajedrez hay muchos peones y al parecer un solo rey.
Atrás quedaron frases como “el hombre cohete se encuentra en una misión suicida” (19/09/17 Trump) o “un perro asustado ladra más fuerte que ese viejo chocho” (22/09/17 Kim). Sí, porque tras sus constantes peleas en los medios y las muchísimas idas y vueltas, dignas de un amorío adolescente, Trump decidió que iba a darle una oportunidad a Kim y se reunieron por primera vez en la historia en un punto intermedio. ¿Para qué? Para la foto, obviamente. Porque la realidad es que el encuentro entre estas dos “potencias” (las comillas, en realidad, son solo para una de ellas) no fue más que una pantomima ideada por la Casa Blanca para conseguir de una vez por todas ocupar ideológicamente el territorio norcoreano.
Sí, ya sé, parece ridículo pero esta historia viene desde hace muchísimos años. Poco después de la Segunda Guerra Mundial y una vez consumada la Guerra de las dos Coreas. Aunque el objetivo podría ser analizado de manera minuciosa y con extremo detalle, la información que transmitió la Casa Blanca no hizo más que demostrar que se trató de una especie de reunión corporativa entre dos CEO’s de Sillicon Valley intentando llegar a un acuerdo por la compra o fusión de sus empresas. Aunque esta vez lo hicieron a su manera y como suele suceder en estos casos, considerando que el resto del mundo es estúpido y solo consume información basura. Lo más llamativo fue la presentación de un video realizado en Hollywood donde por ejemplo se nombra a la productora encargada como Destiny Pictures y se muestran imágenes comparativas sobre dos realidades: la de Corea del Norte y la de Estados Unidos.
Las imágenes pasan mientras una voz en off (clásica de cualquier trailer dramático) le pregunta al destinatario: “¿Qué pasaría sí…?” e inmediatamente florecen interrogantes sobre el pasado, presente y futuro de la sociedad moderna. No quiero spoilearte el contenido de este fascinante video hollywoodense producido en la Casa Blanca, pero para que puedas imaginar un poco lo que esconde detrás el paralelismo que se hace entre una sociedad y otra se establece con dos tonos distintos de imagen: cuando se habla de prosperidad, futuro y Estados Unidos el HD y el color son parte fundamental del clip. Ahora, cuando se intenta hacer alusión al país asiático y su retroceso, el granulado y el blanco y negro son más que protagonistas. Pero hay más, el encuentro lo planearon intentando llegar a lo más profundo del corazón del “hombre más maléfico del nuevo milenio”, y para eso apelaron a la sonrisa de un viejo conocido: entre las fotos que aparecen se ve a Sylvester Stallone estrechando la mano de Trump. ¿El motivo? Según medios surcoreanos, Kim Jong-Un es fanático de películas como Rocky y Rambo.
El lugar elegido para proyectar este trailer fue el centro de conferencias del lujoso hotel Capella en Singapur. En una lujosa mesa primero comieron un banquete preparado especialmente para ellos dos y como era de esperar, en este primer encuentro no faltaron escenas insólitas. Una que acaparó la mirada de los fotógrafos fue cuando el Presidente de Estados Unidos le mostró al norcoreano La Bestia, su gran limusina blindada y con todos los chiches que un mandatario del primer mundo querría tener; otro también quien se llevó los flashes fue el basquetbolista Dennis Rodman que rompió en llanto al ver a su gran amigo asiático estrechar la mano con el magnate de los bienes raíces. Cientos de periodistas también fueron testigos del momento y a través de las redes sociales no dejaron de mostrar su asombro tras ver en vivo el video preparado por la Casa Blanca.
“¿Podrá este líder ser capaz de llevar a su país a este nuevo mundo? ¿Ser el héroe de su gente? ¿Le dará la mano a la paz y disfrutará de una prosperidad que nunca tuvo? ¿Una gran vida o más aislamiento?”, con estos últimos interrogantes el gobierno de Estados Unidos tira la moneda al cielo esperando que la cara caiga de su lado y de una vez por todas Corea del Norte decida abrirse al mundo. ¿Para qué? Podrías encontrarle muchísimas explicaciones “retorcidas” y “conspirativas” sobre por ejemplo cómo serviría de aliado estratégico en caso de que en un futuro no muy lejano se llegue al roce con Rusia o China. O de la conquista ideológica en gran parte de Asia que se conseguiría si Kim Jong-Un se autoproclama aliado de su principal enemigo. Pero eso sería solo malinterpretar los reales deseos del señor Trump y su comitiva, que lo único que buscan es rescatar a un pobre marginado de la tempestad y darle una nueva chance en la tierra de las oportunidades. Sí, al lado de Mickey, Rocky, Kim Kardashian y Floyd Mayweather…
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